Ensayo mapas de la historia de la iglesia
- Pastor Vizcarrondo
- 6 nov 2024
- 5 Min. de lectura

La primera oración del prefacio trajo un pensamiento a mi vida que cuestiono mi perspectiva con relación a la importancia de la historia de la iglesia. Me confronto la parte en que hace referencia a la historia cambiante durante los estudios del Dr. González de cuatro décadas sobre la historia de la iglesia; nos dice: “... y lo que ello puede implicar para nuestra obediencia en el siglo 21” (González, 2001). ¿Qué?, ¿Cómo?, ¿mi obediencia? ¿Qué quiere decir esto? ¿Qué voy a tener un cambio en mi mente de cómo veía o interpretaba las cosas? ¿Afectara el conocer la historia de la iglesia mi relación con Dios? En el poco tiempo que llevo estudiando la historia de la iglesia, esta ha sido mi experiencia. Son como lucecitas que van alumbrando el escenario donde la historia se está narrando. Resulta imposible seguir la historia sin comprender el escenario en que tiene lugar. El escenario nos ayuda a interpretar ese pasado a través de la historia (González, 2001).
¿Qué conozco de mi tradición realmente? Le puedo decir que desconocía mucho más de lo que conocía. Lo más seguro es que lo que sabía de mi tradición se puede interpretar como nada, hasta que comencé mis estudios teológicos donde por primera vez aprendí un poco sobre la influencia e impacto de los anabautistas (ej.) en los movimientos o iglesias de santidad.
En adicción, el Dr. González (2001) en su libro “Mapas de la historia de la iglesia”, describe la sospecha de su esposa con relación a la carencia de una visión geográfica fundamental para el entendimiento de la historia, yo me identifico como uno de ellos. Esto me pone en la posición de ser más detallista o cuidadoso al leer estos otros libros. Al hacer esto, estas lecturas arrojaran más claridad de mi identidad como ministro pentecostal y más aún, a entender lo demás que ha pasado dentro y fuera del marco de la historia de la iglesia.
Mi analogía de como vemos la historia de la iglesia es basada en el versículo de 1 Corintios 13.12; “Ahora vemos de manera borrosa, como en un espejo; pero un día lo veremos todo como es en realidad. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día lo conoceré todo del mismo modo que Dios me conoce a mí.” (DHH-CP) El espejo en el tiempo antiguo era un metal pulido, por eso se veía borrosamente. (Kistemaker, 1998) Los espejos de los Corintios eran famosos. Borrosamente puede ser literalmente un enigma. (Robertson, 2003) En otras palabras, una expresión que denota misterio, pero que puede ser descifrado. (Lockward, 1999). La historia la vemos a través de un espejo oscuramente, que poco a poco conocemos más de ella uniendo los eslabones de la historia.
Sea por ignorancia o voluntad, yo no conocía de mi historia o raíces doctrinales por falta de estudiar la historia de la iglesia y doctrinas. Para conocer mejor de nuestras raíces y vernos mejor en el espejo necesitamos saber más de la historia y las tradiciones. Creo que tenemos que empezar por nosotros mismos y expandirla. Cuando conocemos algo ocurre un cambio en la mente y en el desarrollo de nuestras vidas. Empezamos a tomar decisiones (o no) en base a ese conocimiento de lo que conocemos.
El Dr. González (2001) uso un ejemplo muy interesante de sus tiempos de estudios teológicos en el cual categóricamente le dijeron que no se podía publicar un libro en español por que el mercado no era lo suficientemente amplio. Sabemos que ahora la historia nos dice algo diferente. Como el Dr. González (2001) lo describe, los estudios topográficos enseñan cambios que tienen que ser corregidos en los mapas. De la misma forma se describe nuevas preguntas que surgen de cambios en la historia de la iglesia, en áreas que antes no se habían considerado, tales como; 1) la historia desde el margen, personas conocen la pobreza y la opresión, 2) la presencia femenina, a quien se le había impuesto toda clase de limitaciones, 3) lo cotidiano, que por razones anteriores ahora se habla de sus vidas cotidianas y la naturaleza, y 4) lo popular, a los eventos populares que caracterizaban o describían las épocas. (González, 2001)
Cuando uno mira estos cambios topográficos tengo que pensar como estoy leyendo la Biblia y si verdaderamente estoy interpretándola de acuerdo a los cambios topográficos de este tiempo. Por ejemplo, la mujer no tenía los mismos privilegios que existían antes. Yo personalmente, creo en el ministerio de la mujer. ¿Cómo yo hubiera interpretado esto si viviera en el pasado, o en una cultura diferente? En el libro de “Breve Historia de las Doctrinas Cristianas” (González, 2007) hay una pregunta que me hizo pensar con relación a la poligamia en África. Yo veía esto desde un solo ángulo solamente, mi cultura. Esta pregunta se la hice a tres personas de confianza para inquirir los puntos de vista de esas personas. Fue interesante leer las tres respuestas de las personas que recibieron las preguntas. Aunque hubo un consenso en la repuesta, pero desde diferentes preposiciones, ninguno comento sobre la historia de la iglesia en este asunto. Yo hubiera hecho lo mismo. Porque desconocemos la luz que puede traer la historia de la iglesia en este asunto.
Estos cambios traen nuevas formas de ver el funcionamiento de la iglesia para que nos ayude a mejorar y suplir las necesidades que aplican a este tiempo. Además de identificarnos como parte de la historia de la iglesia cambiante. Esto me hace reflexionar desde mi contexto ministerial y como los mayores cambios de la historia, tales como los cambios sociales, culturales, e históricos han afectado la iglesia a través de los tiempos y como me afectan hoy en día en mi comunidad.
Uno de cambios más recientes que han ocurrido en la iglesia, aunque también hoy afectan a la sociedad actual, son la economía por la pérdida de trabajos, afectando el hogar en el área de seguridad económica para poder suplir las necesidades básicas de la familia. Además, se encuentra la controversia del homosexualismo, y el apostolado moderno. Todavía no se sabe el efecto histórico que va a tener estas controversias dentro y fuera de la iglesia.
Ahora me pregunto: ¿Cuáles serían las implicaciones de no considerar estos cambios significativos a la hora de servir a la comunidad o la iglesia? Para poder contestar a esta pregunta, necesito inquirir sobre la historia de la iglesia para ver que luz arroja el escenario de la historia de la iglesia sobre estos asuntos. No podemos escondernos de estos males sociales. Las implicaciones serian la falta de visibilidad de la iglesia en la comunidad y de no mostrar amor de Dios a nuestro prójimo. El no movernos a participar supliendo y dando la mano a las necesidades o problemas de la comunidad, podrá ser un evento de intervención, o la falta de, que nos puede llevar a la desintegración.
Referencias
Cardoza, C. F. & González, J. L. (2008). Historia general de las misiones. Barcelona: Editorial Clie.
Dios habla hoy—Edición inter-confesional de estudio (castellano peninsular). (2002). (1 Co 13.12). Sociedades Bíblicas Unidas.
González, J. L. (2001). Mapas para la futura historia de la iglesia. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Kairos.
González, J. L. (2003). Historia del cristianismo: Tomo 1. Miami, FL: Editorial Unilit.
González, J. L. (2003). Historia del cristianismo: Tomo 2. Miami, FL: Editorial Unilit.
González, J. L. (2007). Breve historia de las doctrinas cristianas. Nashville: Abingdon Press.
Kistemaker, S. J. (1998). Comentario al Nuevo Testamento: 1 Corintios. Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Lockward, A. (1999). Nuevo diccionario de la Biblia. Miami: Editorial Unilit.
Reina Valera Revisada (1960). 1998. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Robertson, A. T. (2003). Comentario al Texto Griego del Nuevo Testamento: Obra Completa (6 Tomos en 1) (pp. 451–452). Barcelona, España: Editorial Clie.
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